La casa de Pedro
Hace miles de años, en un lugar completamente desconocido para el hombre, habitaba un ser enorme y oscuro llamado Pedro. Siempre estaba de mal humor y nadie parecía comprenderlo. Hasta que un día conoció a un cuervo de su mismo color, pero con un genio aún peor que el suyo.
Pedro nunca había visto un animal en toda su vida, así que, de entrada, sintió un poco de aversión por él. Pero el cuervo, astuto como era, pronto notó algo: Pedro no tenía casa. Vagaba desnudo por aquel paisaje triste y lúgubre.
Entonces, tuvo una idea. Empezó a traerle pequeños trozos de madera y piedras que encontraba aquí y allá.
Al principio, Pedro no entendía nada y le devolvía todos los fragmentos sin darle importancia. Pero con el tiempo, después de años de insistencia, se dio cuenta de la verdad: el cuervo le estaba construyendo un hogar.
Ilustración original pintada en gouache sobre papel de 300 g (35,5 x 26 cm).
Hace miles de años, en un lugar completamente desconocido para el hombre, habitaba un ser enorme y oscuro llamado Pedro. Siempre estaba de mal humor y nadie parecía comprenderlo. Hasta que un día conoció a un cuervo de su mismo color, pero con un genio aún peor que el suyo.
Pedro nunca había visto un animal en toda su vida, así que, de entrada, sintió un poco de aversión por él. Pero el cuervo, astuto como era, pronto notó algo: Pedro no tenía casa. Vagaba desnudo por aquel paisaje triste y lúgubre.
Entonces, tuvo una idea. Empezó a traerle pequeños trozos de madera y piedras que encontraba aquí y allá.
Al principio, Pedro no entendía nada y le devolvía todos los fragmentos sin darle importancia. Pero con el tiempo, después de años de insistencia, se dio cuenta de la verdad: el cuervo le estaba construyendo un hogar.
Ilustración original pintada en gouache sobre papel de 300 g (35,5 x 26 cm).